La principal conclusión que arrojó la investigación es que las personas con autismo son menos propensas a tomar decisiones irracionales, porque responden a los problemas de forma similar independientemente de la forma en que se plantee.Los científicos determinaron que en la toma de decisiones, participa la intuición y el análisis. De modo que el análisis requiere cálculo y un pensamiento más racional, además de más lento. Por el contrario, la intuición es más rápida, pero menos precisa y está basada en los instintos más viscerales.Además, otros estudios habían demostrado que la respuesta a un problema depende de cómo se plantee el problema (llamado ‘efecto de elaboración‘). Por lo cual el equipo del Wellcome Trust ha utilizado el ‘efecto elaboración‘ para estudiar la toma de decisiones en las personas con trastornos del espectro autista.Este estudio refuerza algunas investigaciones que se han realizado previamente y insinúan que la diferencia en cómo las personas con autismo toman las decisiones puede estar ligada a la amígdala, una parte del cerebro que participa en el procesamiento de las emociones. En las personas con autismo, la amígdala es diferente en cuanto a la densidad de sus células nerviosas.De este modo el doctor Neil Harrison, quien publico el estudio en la revista ‘Journal of Neurosciene’ cree que su investigación puede desempeñar un papel importante al poner de relieve los puntos fuertes de las personas con autismo, en lugar de centrarse en los aspectos negativos de la enfermedad.
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